Creo que más de una ocasión he pasado miedo. Pero la sensación de que se te congela la sangre, sólo la he pasado dos veces con la misma situación.
En el carrefú paseando con el güaje, los dos sólos y sin muchu barullu. De repente, me paro a mirar unos discos, y cuando miro hacia abajo no veo al retaco. Mecagüen no puede ser si estaba aquí ahora mismo. No me voy a poner nerviosu, tien que estar cerca. Pero mientras tanto la sangre deja de circular un momento, y el corazón se para. Cuando mi cerebro cobra de nuevo vida, empiezo a caminar por los pasillos centrales, intentando así rastrear con la vista la mayor zona posible, nada. ¡Es imposible!, los cojones empiezan a no dejarme tragar saliva, y la patata se me va a salir del pecho de los botes que está pegando...
"Coño, estabes ahí. Yes un demoniu". El tio estaba mirando un cuento tan tranquilo. Que duro ye ser padre.
1985: EL AÑO DE PERICO Y LOS ORÍGENES DE UN AFICIÓN
Hace 14 años
Tienes que atalu en corto, esi guaje ye escurridizu como los congrios de Luanco.
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